Pastor Benitez

OPINIÓN

Feriales y electorales

Por: Daniel Potes Vargas

I
Escolástico Escobar Lozano, el poeta Paco, decía que en cada certamen ferial de Tuluá, siempre llovía, y en consecuencia, deberían llamarse no ferias agropecuarias  sino ferias hidro – pecuarias.  
Dentro de la larga lista de presidentes de la Junta de Ferias, hubo tres Jorges: Jorge Alberto Andrade Rada, Jorge Alberto Cruz y el legendario Jorge Vásquez Motoa, que de estudiante gimnasiano, peleaba con Luis Eduardo Arango, Cucaracho. En el coliseo ferial todavía resuenan los ecos del cohete que le explotó a Chalo Gardeazábal. También los pasos apaches de Supermán García, bailando mambos con zapatos blancos puntudos y pantalón con bota de campana y cremallera. Las orquídeas volvieron una galaxia policromada este recinto donde algunos adolescentes tulueños, al no poder entrar a hoteles y moteles, calman sus glándulas y hormonas en el mes de junio y hacia marzo del año siguiente, aparecen los centauritos tulueños, mitad potros o potrancas y mitad chicheros o del Alvernia. Esas son nuestras carnestolendas. 

II
Los tulueños siempre tuvimos un horizonte presuntivo que nos permitía saber qué fiera se iba a sentar en el Taburete de San Bartolo. Así como en Bogotá hay el solio de Bolívar y en Cali hay la Silla de San Francisco, ¿por qué no puede haber en Orejilandia un taburete de los ejecutivos municipales.?  
Ahora en Tuluá hay más caciques que indios y la proliferación de aspirantes al Concejo y a la Alcaldía, sobrepasa cualquier cifra electoral y demográfica. Sólo algunos llegarán en estas jornadas que tendrán lugar en el mes de las brujitas.
¿Para qué Macondo si existe Tuluá.?